En mi casa no hay luz Se ha esfumado Lo único que queda para alumbrar Son los candelabros. La mayoría están apagados Por cómo van así Parecen cuerpos desalmados Más que rostros iluminados. La muerte y el silencio Se ven acompañados Cuando llegan las luces Se ahuyentan de inmediato. Desearía verte en luces Pero no me gusta estar acompañado Preferiría clavarme alambres Antes que estar desahuciado. Este poema fue publicado en el libro del 6to Interescolar de Literatura Creativa impartido por la Universidad Andrés Bello, de Santiago de Chile. La creación de este poema data de 2017, pero fue publicado a finales del año 2018.
Aquellas construcciones que recuerdo, las vi cuando era niño, las cúpulas y los armamentos, recluían contra el cielo, buscando piedad y solución, por medio de la razón. Al entrar y ver el techo, los recuerdos se iluminaban, vi como tus ojos se expandían, mostrando pupilas vacías, en medio de todos los pilares, tu cabeza se alumbraba, tu alma se afinaba con el entorno. Desearía verlo otra vez, no sé que hacer, una maraña de pensamientos, me invadió, en medio de una difícil situación, el quiebre emocional llegó. Ya no hay luz, la noche ha tomado el lugar, tú ya puedes descansar, mis pasos mostraron un largo camino, para volver a las construcciones, para volver al pasado, para volver a la luz, para volver a sentir, para conseguir escapar, para conseguir resucitar.